Durante el siglo XX, cada dos décadas en promedio ocurría una severa inundación en el río Amazonas, el más grande del mundo, ubicado en el corazón de América del Sur. Esa tendencia se ha cambiado drásticamente en los últimos 30 años.
Hoy según estudios recientes se estima que cada cuatro años ocurre un desbordamiento extremo (con niveles de agua que exceden los 29 metros), lo que demuestra que ha aumentado la frecuencia y la severidad de los desbordes.
El impacto de estas inundaciones es catastrófico para las poblaciones locales, ya que el desbordamiento puede ocasionar la contaminación del suministro de agua, propagar enfermedades, acabar con medios de sustento y poner en peligro hogares.
Sin embargo, los investigadores consideran que con el estudio del nuevo patrón es posible determinar con anticipación las zonas de mayor impacto y mitigar los riesgos para la población urbana y rural.